miércoles, 23 de abril de 2014

Nuestra Imagen



Teniendo en cuenta las diversas interpretaciones objetivas, subjetivas e intersubjetivas que se le pueden atribuir a una determinada realidad social, política, económica, cultural y ambiental, y más aún, si dichas realidades se logran percibir con detalle, imaginación y creatividad, desde la comprensión del Desarrollo Humano. Se podría decir entonces que, el reflejo de tales realidades en torno a la condición humana, a sido posible entre otras cosas, a través de las múltiples manifestaciones y expresiones artísticas, exploradas por el ser humano.
                                
Prueba de ello, consiste en la capacidad que se ha tenido para registrar su acontecer histórico evidenciando sus fracasos, sus conquistas, sus batallas, sus descubrimientos en fin... una completa gama de hechos totalmente diversos, de los cuales hoy, muchos de ellos podemos conocer, cuando observamos, leemos, interpretamos y comprendemos el mundo a través del Arte, bien sea como expresiones artísticas definidas desde el dibujo, la pintura, los murales, las ilustraciones, la fotografía y las esculturas o desde los performances, el body-painting, el teatro, la dramaturgia, el cine, la literatura, la música y el arte digital.

Así mismo, la presente ilustración se argumenta en primera instancia, de los debates expuestos y de los diálogos constructivos realizados por el grupo, con el fin de llegar a un análisis compartido frente a las diferentes realidades en las que podemos actuar desde nuestra profesión. Y en segunda instancia cuando nos acercamos al momento de consolidar los enfoques paradigmáticos (constructivismo y construccionismo) los cuales definen nuestra propuesta dirigida hacia un trabajo social alternativo. Por lo tanto se podría decir que, tal conceptualización gráfica nace en dichas discusiones y de algún modo, nuestro pensamiento individual y colectivo queda plasmado a través de tal ilustración, con la cual se logra representar la identidad de TSA, resaltando la tendencia a la que apuntamos y la prospectiva profesional en la que pretendemos ubicar el ejercicio del trabajador(a) social.

En este sentido la imagen como elemento icónico, nos muestra un abanico de posibilidades para intervención, definidas desde nuestra profesión y enmarcadas en un contexto complejo y diverso (familia, laboral, salud, organizaciones y ambiental) orientado desde una perspectiva constructivista-construccionista y enfocada principalmente en el paradigma de la complejidad. Para representar el contexto en sus múltiples dimensiones, se tuvo en cuenta la perspectiva de un entramado de interacciones permanentes, las cuales se entrecruzan en medio de circunstancias emergente y contingentes, propias de las distintas realidades sociales, políticas, económicas culturales y ambientales, que influyen drásticamente en la prospectiva de desarrollo de un sujeto social inmerso en la sociedad contemporánea.

Finalmente esta imagen intenta reflejar simplemente, como es que el sujeto se construye en interacción con el otro y el entorno y quizá desde el nosotros, con una mirada de adentro hacia fuera y viceversa, teniendo en cuenta las posibilidades de interacción como nodos sistémicos que tejen el entramado en medio una red  cósmica, que re-crea la vida a través de los principios éticos de la misma, y el conocimiento científico articulado a la experiencia empírica.




JUSTIFICACIÓN

“¿Están formados los formadores (educadores en cualquier nivel: padres, docentes, mediadores sociales, profesionales, etc.) primero, como seres humanos y segundo, como dispositivos culturales competentes frente a los cambios de época, para potencializar sus propias capacidades humanas y las de otros; igualmente, asumen ellos la autopoiesis humana1 para garantizar que la gente haga uso, activando su autonomía, de los recursos (internos y externos) situándose como sistemas epicentrados frente a su vida íntima, privada y pública, en su opción de construirse y reconstruir espacios de convivencia democrática (vida misma)? En pocas palabras, es inquirir por la calidad de los mediadores culturales (el Trabajador Social como uno de ellos) y por el potencial humano para enfrentar las permanentes situaciones contingentes”.(Duque, 2009.P 12)

Probablemente los escenarios académicos en los que se forman los profesionales en Trabajo Social, asuman en tanto posición política un quehacer frente a las inexorables demandas del escenario social, es posible además, que se  aprendan  libretos teóricos en los que se plantean ecuaciones de solución teniendo en cuenta indicativos de suma, resta y multiplicación del gasto público e inversión social, es factico que los profesionales en Trabajo Social esclarezcan la importancia que precisa participar en la construcción de planes políticos estratégicos de ciudadanía y en ellos se analicen demandas de carácter estructural como los reiterativos y amplios indicativos de pobreza que aumentan  progresivamente en términos de distribución geográfica ocasionando desequilibrios en la esfera ambiental.

Remitirse a estos hechos y a otros como la apuesta reivindicativa en asuntos de derechos sociales-ambientales es una constante, a la vez que la incursión en movimientos que concitan la dinamización popular, y sin lugar a dudas la contemplación de un proyecto de desarrollo ajeno a las verticales directrices del modelo neoliberal, los anteriores son entonces, los factores constituyentes que marcan el accionar de los (as) Trabajadores Sociales en el albor contemporáneo.

Teniendo en cuenta la intencionalidad política a la que se hace mención al inicio, los planes de estudio planifican sus mallas curriculares al acoger como cimento, preceptos que aluden a la convergencia social en términos de estrategias que controviertan lógicas autoritarias de imposición Estatal en una parte y económica-política desprendidas del sistema capitalista por otra.

Análogamente, cabe preguntarse si esta formación da cuenta de los procesos que requieren tributar hacia la construcción del sujeto en referencia a las aristas ontológicas, en tanto claves que potencian sus propias capacidades y que se desprenden de las repetitivas narrativas instauradas en la profesión desde la época de la re conceptualización.

El cuestionamiento se hace desde la posición que contempla la proyección de un horizonte de construcción por edificarse, este último avocado a partir de la lectura de una realidad que cada vez adquiere  múltiples matices, y al entender este concepto, se precisa una apertura en los marcos cosmovisionarios de los Trabajadores Sociales en procura de apuntar como acción transversal en los procesos de educabilidad ontológica.

El contexto Colombiano y Latinoamericano acaece las situaciones de desigualdad más altas del planeta, ante este hecho, el (la) Trabajador(a) Social carga sobre sus hombros la ardua tarea de emprender en su proceso de praxis social reflexiones semánticas y discursivas que no sólo sostengan una comprensión diferente de desarrollo y apuesta social, sino que su tarea requiere ser leída en términos indicativos y tasas cuantitativas, ante esto y con el panorama expresado anteriormente, comenzar por evocar la cita de la profesora Duque, es partir de la hipótesis en la que el (la) Trabajador(a) Social da inicio a su partida de ajedrez (praxis social) con el rey y la reina como flancos muy fáciles de ataque, sin embargo, la presente reflexión solicita orientarse más que en las condiciones estructurales que permean su accionar, en las posibilidades cognitivo-emocional-volitivo que el (la) profesional desarrolla en aras de poner un alto en los círculos repetitivos de desgaste y trascenderá sí desde la intencionalidad educativa procesos que apunten a la toma de conciencia frente a la pregunta del ser en el mundo  aunado a  la convergencia de ideas y espacios que llamen al encuentro con el otro y el ambiente.

Como se quiera, las explicaciones en torno a los procesos que toman lugar desde los espacios académicos curriculares parecen olvidar la validación de tal hipótesis, por el contrario, parecen sucumbir ante los rumbos que desde la repetición discursiva se proyectan, lo anterior manifiesto desde las fraccionamientos en el saber-ser y hacer.

Es necesario que tome posicionamiento el interés por desentramar al ser humano en todos sus ejes, por comprenderlo no desde la suma de las partes, sino desde la completud que proporciona  su integralidad, es apuntar a unificar entendiendo a partir de la complejidad y no desde el reduccionismo que como legado de la época moderna y los ejes cartesianos, aún  hoy prevalecen en la lectura inconsciente de los(as) profesionales.

De manera que cabe preguntarse en torno a ¿Con qué y cuales estrategias los centros académicos en Trabajo Social están dotando a sus estudiantes en referencia a los horizontes de auto-reflexión? ¿En qué momento, se explica al estudiante como se combinan sus intencionalidades de ser humano biológico y social al tener en cuenta las demandas que los escenarios gubernamentales y comunitarios exigen?
¿Cómo se supone los profesionales están en la capacidad de diseñar estrategias que apunten a un cambio en la concepción de desarrollo humano-social y ecológico, si existen claras ambivalencias entre el qué y el cómo en referencia a la identidad de la misma? Es en tanto sucumbir a los prospectivos ejes visionarios de la consolidación ontológica del Trabajo Social.

Desde este ángulo aparece un hecho importante de interpretarse a la luz del interés por la pregunta existencial-ontológica del (la) profesional, y es la posible vinculación que puede surgir a partir del giro epistémico como desencadenante de la actuación profesional de praxis social en tanto interiorización de la paz imperfecta como hecho natural cotidiano en la trama de la vida.

Educar para la paz, desde la paz, es tomar en consideración que el mundo y la relaciones que de este se desprenden  necesariamente implican volcar la mirada hacia las observaciones de equilibrio, un equilibrio imperfecto producto de permanentes desequilibrios, entre tanto, es posible asumir como acción de vida que la paz  transversaliza cada eje de la piel humana al expandir sus sentidos por las fibras Exo-eco-referenciales que como péndulo oscilan entre las constituciones biológicas hasta las interacciones socio-culturales.

En cierto sentido es señalar que la comprensión de educación de paz vislumbra su interés más allá de discursos abstractos, por el contrario, concretiza hechos que afronten situaciones contingentes de vida al situar en posibilidades de construcción conjunta la transformación de las mismas en escenarios en los que naturalmente sean identificados como detonantes del conflicto.

En el curso de esta búsqueda se posiciona que el entendimiento que se haga del sujeto, sea la clave de la cual partan  las apreciaciones y el accionar en el terreno de la praxis, la siguiente es una definición que da cuenta de la forma como en la sinfonía epistemológica-teórica-metodológica (Paradigma complejo- teoría de la paz imperfecta-acción educativa para Trabajo Social) toma lugar.

“La complejidad asume, al sujeto multi-dimensional, en tanto biológico, lingüístico, cultural, psíquico, histórico, social, existencial y espiritual…Para Morín, el sujeto biológico es el sujeto como entidad viviente, dado su carácter de “estar vivo”, en su propio sistema autopoiético: es producto de su operación de computación; es auto-ego-exo-referente ( en el que el ser, se constituye en centro de referencia con el otro), es ego-auto-exo-céntrico( en la que el ser se constituye en centro privilegiado de su universo con el otro)”(Duque, 2009.P65)

La configuración que se sostiene en referencia al sujeto en tanto punto de convergencia de transformaciones internas biológicas, productos computantes de relaciones neurolingüísticas  y construcción social viva, apunta a situar al mismo como organismo en permanente metamorfosis capaz de desestaurar contemplaciones unidimensionales que sesgan o limitan su capacidad cognitiva-emocional, por el contrario, la premisa anterior recoge la posibilidad que en un escenario Exo, el sujeto se construya con el otro, al mismo tiempo en que canaliza aprehendizajes significativos y su capacidad regenerativa  se ubica en su máxima dimensión.

En este orden de articulaciones, la forma en que desde la profesión se requiere partir para concebir al sujeto avizora un eje multidimensional, postulados dinámicos que no fragmenten componentes explicativos y comprensivos propios de las ciencias naturales, por el contrario, diluciden factores comunes que se incrusten en el hecho social y que traigan a dialogar la interpretación desde distintos puntos de vista.


En una o en varias palabras es partir de la base de que el (la) profesión aún  puede  ganar el juego de ajedrez, la tarea esta en indagar en los recursos internos y potencializarlos, unir lo que está fragmentado, leerlo entre líneas,  y apropiarlo teniendo presente que el azar, la locura, el desorden  estarán  presentes siempre y desde estos móviles escenarios es desde donde el quehacer del Trabajo Social se precisa.

PLATAFORMA FILOSÓFICA Y PRAGMÁTICA



MISIÓN

Trabajo Social Alternativo es una iniciativa en el marco de la alianza estudiantes-docentes-egresados que propende por la construcción de alternativas metodológicas en el plano de las didácticas sociales en una perspectiva del desarrollo humano autopoiésico


VISIÓN


Trabajo Social Alternativo pretende posicionarse a nivel local, regional y nacional con  planteamientos de una construcción diferente de academia, donde las tendencias, visiones y expresiones de los(as) Trabajadores Sociales construyan escenarios que tienen como finalidad un mejor posicionamiento de la praxis profesional a partir de paradigmas alternativos.  

PRINCIPIOS 

Trabajo Social Alternativo como tendencia que busca posicionarse a nivel Local, Nacional e Internacional,  propenderá por la re significación de espacios en los que la investigación científica y la reflexión-pensamiento–acción como triada indisoluble en espacios académicos y sociales revitalicen apuestas y cosmovisiones del entramado del mundo de la vida en torno a temas de interés académico-sociales a partir de propuestas alternativas que en su sentido más amplio propendan por la reconstitución del sujeto, en calidad de eje potencializador de las dimensiones en las que se halla inmerso.

Responsabilidad, compromiso y trabajo conjunto
Los anteriores valores, aparecen en calidad de cualidades y virtudes propias de los sujetos –seres humanos que haciendo una lectura a su contexto reflexionan en torno al mismo y mediante la solidificación de su querer-sentir en el mundo, avizoran el autocuidado mediante el cumplimiento de las metas que se trazan, a la vez que reconocen el impacto interno y externo que valoriza el aprehendizaje con el otro y el entorno.

Dignificación humana

Sostener conscientemente la acción dignificadora de la esencia humana en el actuar del mundo de la vida irrumpe con el objeto de solidificar apuestas personales y sociales que mantengan de forma transversal el respeto en la sintonía de la triada ego-alter-se