Teniendo en cuenta las diversas interpretaciones objetivas, subjetivas e intersubjetivas que se le pueden atribuir a una determinada realidad social, política, económica, cultural y ambiental, y más aún, si dichas realidades se logran percibir con detalle, imaginación y creatividad, desde la comprensión del Desarrollo Humano. Se podría decir entonces que, el reflejo de tales realidades en torno a la condición humana, a sido posible entre otras cosas, a través de las múltiples manifestaciones y expresiones artísticas, exploradas por el ser humano.
Prueba de ello, consiste en la
capacidad que se ha tenido para registrar su acontecer histórico evidenciando
sus fracasos, sus conquistas, sus batallas, sus descubrimientos en fin... una
completa gama de hechos totalmente diversos, de los cuales hoy, muchos de ellos
podemos conocer, cuando observamos, leemos, interpretamos y comprendemos el
mundo a través del Arte, bien sea como expresiones artísticas definidas desde
el dibujo, la pintura, los murales, las ilustraciones, la fotografía y las
esculturas o desde los performances, el body-painting, el teatro, la
dramaturgia, el cine, la literatura, la música y el arte digital.
Así mismo, la presente ilustración se
argumenta en primera instancia, de los debates expuestos y de los diálogos
constructivos realizados por el grupo, con el fin de llegar a un análisis
compartido frente a las diferentes realidades en las que podemos actuar desde
nuestra profesión. Y en segunda instancia cuando nos acercamos al momento de
consolidar los enfoques paradigmáticos (constructivismo y construccionismo) los
cuales definen nuestra propuesta dirigida hacia un trabajo social alternativo.
Por lo tanto se podría decir que, tal conceptualización gráfica nace en dichas
discusiones y de algún modo, nuestro pensamiento individual y colectivo queda
plasmado a través de tal ilustración, con la cual se logra representar la
identidad de TSA, resaltando la tendencia a la que apuntamos y la prospectiva
profesional en la que pretendemos ubicar el ejercicio del trabajador(a) social.
En este sentido la imagen como elemento
icónico, nos muestra un abanico de posibilidades para intervención, definidas
desde nuestra profesión y enmarcadas en un contexto complejo y diverso
(familia, laboral, salud, organizaciones y ambiental) orientado desde una
perspectiva constructivista-construccionista y enfocada principalmente en el
paradigma de la complejidad. Para representar el contexto en sus múltiples
dimensiones, se tuvo en cuenta la perspectiva de un entramado de interacciones
permanentes, las cuales se entrecruzan en medio de circunstancias emergente y
contingentes, propias de las distintas realidades sociales, políticas,
económicas culturales y ambientales, que influyen drásticamente en la
prospectiva de desarrollo de un sujeto social inmerso en la sociedad
contemporánea.
Finalmente esta imagen intenta reflejar
simplemente, como es que el sujeto se construye en interacción con el otro y el
entorno y quizá desde el nosotros, con una mirada de adentro hacia fuera y viceversa,
teniendo en cuenta las posibilidades de interacción como nodos sistémicos que
tejen el entramado en medio una red cósmica, que re-crea la vida a través
de los principios éticos de la misma, y el conocimiento científico articulado a
la experiencia empírica.
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